La obra nos presenta a través de Elías y el Levita, como hay obstáculos y dificultades que ponen en juego nuestra confianza y fe; todo esto debe ser superado para llegar a Dios.
Presenta un análisis del obrar de Dios ya que si Él es bueno, ¿Por qué existe la maldad? El Levita responde a Elías: -si Dios solo hiciera el bien, Dios ni sería Todopoderoso, antes bien, actuaría de forma incompleta.
Todo lo que nos sucede en la vida, no fue puesto al azar, son signos de los cuales aprendemos y que encaminan nuestra vida a cumplir aquello que queremos. No es un determinismo nuestra vida porque si así lo fuera, ¿De qué vale esforzarnos para cumplir nuestro sueños, si sabemos que ya está estipulado que los vamos a cumplir?
Se nos llama a no desistir, y aunque vamos acompañados debe estar como meta nuestra configuración como personas; habrá circunstancias que nos generen duda e incluso personas, que produzcan problemas en nuestro caminar, pero nunca nuestros deseos de llevar a culmen algo será difícil.
Nos invita a buscar el significado de nuestra vida, por nuestra propia cuenta y de esta forma se afianzará en nosotros el deseo de amar, y en aquellos momentos difíciles el ser fuertes ante la adversidad que llega.
El libro en todo su contenido nos está invitando a cuestionarnos: ¿HASTA QUE PUNTO SOMOS DUEÑOS DE NUESTRO DESTINO?
Elías vivió en una sociedad arraigada a la religiosidad, a las supersticiones, conflictos, etc. Lo anterior lo llevó a cuestionarse y enfrentar todo aquello y esto lo llevó a un encuentro definitivo con Dios.
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